sábado, 3 de enero de 2009

trastorno limite de personalidad



"De un tiempo a esta parte, y cada vez con más frecuencia, están llegando a las consultas de psiquiatras y psicólogos, y también a las urgencias de los hospitales, casos de personas, en su mayoría jóvenes, que sufren de una especie de caos personal, que a veces les lleva a poner en peligro su vida.

Estas personas se sienten consigo mismas en un casi permanente estado de confusión, como si no tuvieran una identidad propia suficientemente constituida que les sujete en la vida.

Tienen verdaderas dificultades para regular sus necesidades desde sí mismos, por lo cual se encuentran a merced de sus propios impulsos, a los que no saben poner límites. Viven en una permanente inestabilidad emocional, como en una especie de "montaña rusa", de la cual, y esto es lo grave del problema, pueden salir despedidos en cualquier momento.

Intentan combatir su angustia y el miedo que la conciencia de esta situación les produce, aferrándose en una relación "quasi-simbólica" con cualquier persona, grupo, sectas y también con la droga, el sexo, el juego, etc., y siempre de una forma compulsiva.

Son extremadamente sensibles y lábiles, por lo que sus relaciones interpersonales y sus afectos pueden variar de un extremo al otro, incluso varias veces al día, con la consiguiente sensación de inestabilidad y confusión que produce en ellos mismos y en los que le rodean.

Viven pues constantemente en los extremos, pasando de la euforia a la depresión, de la ingenua credulidad a la desconfianza paranoide, del amor al odio, y todo porque su estructura mental no les permite integrar, psicológicamente hablando, los matices, las gradaciones ni las ambivalencias. Es un Todo o Nada.

En momentos de excesiva presión y tensión emocional pueden llegar a descomponerse en la forma de un brote psicótico, que puede ser algo puntual, o el inicio de una descompensación psicótica.

Esta dinámica personal les lleva a cometer, a veces, actos de graves consecuencias. Pueden llegar a robar y a delinquir, pero muchas veces no es más que un torpe intento de sentirse formando parte de un grupo o de una cultura determinada. De nuevo en una desesperada búsqueda de la "identidad perdida".

Los familiares de estas personas se sienten impotentes y confusos. No entienden qué ocurre, qué están haciendo mal, o qué podrían cambiar con tal de mejorar la situación. Acuden a especialistas en busca de consejo y orientación, pero a menudo la propia urgencia y angustia del problema, así como la ausencia de centros específicos para abordar esta enfermedad en su globalidad, hace que se haga difícil encauzar el caso bajo una dirección terapéutica determinada.


Características generales Trastorno límite de Personalidad.

Inestabilidad en el estado de ánimo, la identidad, la autoimagen y la conducta interpersonal. Algunos los denominan "niños grandes" que no quieren crecer. En general este tipo de pacientes responde a los siguientes esquemas cognitivos:

Son muy inseguros de si mismos. Tienen una mala autoimagen.
Tienden a abandonarse en exceso.

Nada puede compensarles su gran vacío interior. Manifiestan casi obsesivamente deseos por una gran variedad de objetos. Una vez conseguidos ya están buscando otro nuevo objetivo a lograr.
Son muy dependientes de las personas con las que conviven.

La posibilidad de sufrir un abandono real o imaginario de las personas de las que dependen, o de enfrentarse a responsabilidades importantes, les puede crear situaciones de extrema tensión y violencia.

Están en un casi constante estado de ansiedad.

Dificultad para el estudio y la concentración.

En ocasiones su cólera domina su conducta.

Descontrol en la alimentación. Anorexia y/o Bulimia.

Abuso del alcohol, drogas, etc.

No pueden controlar sus sentimientos y emociones. Pasan de estados eufóricos a depresivos en cuestión de minutos.

No suelen cumplir sus compromisos. Abandonan terapias, estudios, trabajos, etc.

Son terriblemente receptivos y tienen una gran capacidad para la manipulación. En general culpan de todos sus problemas a las personas con las que conviven.

Degradan o ensalzan a las personas muy rápidamente.

Algunas veces sufren crisis de pánico.

Algunos tienen una gran dificultad para retener los mensajes verbales o escritos que acaban de recibir. "Parece que no nos escuchan"....

En muchos casos estos enfermos han tenido muchos problemas en su niñez. Hiperactividad, agresividad, etc. Su educación y relación social y familiar ha sido muy problemática. No han podido recibir un diagnóstico claro, hasta que coincidiendo con un cambio hormonal el síndrome TLP se ha manifestado en toda su magnitud.

En muchos casos hay antecedentes familiares por parte de alguno o ambos padres, con problemas mentales, drogas o alcoholismo.

Ante situaciones extremas a veces buscan el suicidio. El 10% de los que lo intentan, lo consiguen.

Todo ello origina un gran desconcierto al comprobar que los métodos educativos normales no funcionan. Nuestros esfuerzos por explicarles su situación o la realidad en que viven, parece no ser escuchado. La convivencia con estos enfermos es una constante lucha de poderes para intentar llevarles por el camino de la normalidad. Es muy difícil conseguirlo y el fracaso familiar se manifiesta de muchas formas. Realmente la vida cambia para toda la familia.

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